El inventario del gozo

¿Qué tal si hoy tuvieras que hacer un inventario de tu vida?

Piensa en las personas que te han acompañado a lo largo de ella, en las oportunidades laborales que has podido disfrutar, la familia en la que naciste y si es el caso, la que has podido consolidar. Qué tal si recuerdas los paisajes que has podido admirar y  las oportunidades que has tenido para estudiar .

Pudieras seguir con tu inventario por un largo rato, y creo que no alcanzarías a terminar la lista de los grandes regalos que has recibido en tu vida: salvación, salud, amor, familia, amigos, bienes materiales, entre muchos más.

Pero, si te pasa como a mí, en el día a día no soy tan consciente de estos maravillosos regalos, porque las situaciones difíciles y los afanes me roban el gozo de las bendiciones en mi vida.

En la carta a los Filipenses, Pablo nos enseña cómo a pesar de las circunstancias difíciles como la cárcel, persecución, enfermedad y dolor, él vivía gozoso y agradecido por las bendiciones recibidas de parte de sus hermanos y de Dios.

Pero ¿Cómo podía experimentar algo así? En Juan 15:11 Jesús le dice a sus discípulos: “Estas cosas os he hablado, para que mi gozo esté en vosotros, y vuestro gozo sea perfecto” lo que quiere decir es, que si nos quedamos con el gozo que proviene solo de nosotros y de las cosas a nuestro alrededor, no será suficiente para llenar nuestras vidas, pero si estamos en comunión íntima con Jesús, podremos experimentar el mismo gozo que Él experimenta.

¡Imagínate poder disfrutar el mismo gozo que Jesús experimenta en su comunión con  el Padre! Es algo maravilloso.

Ahora te pregunto ¿Cuál es tu actitud al momento de experimentar situaciones de dolor,  tristeza y decepción? ¿Borran ellas el enorme gozo de saberte una hija amada, aceptada, bendecida y  que posee una comunión íntima con el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo? ¿Las circunstancias difíciles te hacen olvidar las enormes bendiciones que tienes en Cristo y quitan tu paz y gozo?

Ninguna de nosotras está exenta de vivir circunstancias difíciles, al contrario, ellas hacen parte de nuestra vida a este lado del Edén.

De lo que sí estoy segura es que cuando tu mirada está puesta en Jesús, por más difícil que sea la situación, vas a caminar confiada al ver que el Señor está cumpliendo su plan en medio de cualquier circunstancia, porque Él siempre está en control y obrando para el bien tuyo y para su gloria.

Cuando tus ojos están aferrados a Cristo, las circunstancias a tu alrededor no podrán quitar o derrumbar tu gozo, porque Jesús está por encima de ellas.

Mi querida amiga, Pablo nos invita a que no nos preocupemos por nada; que oremos por todo, que le digamos a Dios todo lo que necesitamos y le agradezcamos por todo lo que Él ha hecho.

Te reto a que hoy hagas un inventario de todas las manifestaciones de la gracia de Dios en tu vida; escríbelo todo; pide al Señor que te sane de la amnesia y renueve tu memoria con los grandes  y pequeños detalles de su amor; agradece por cada bendición, y luego, pide al Señor que renueve tu gozo mientras reconoces su gran fidelidad contigo.

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