A veces las mujeres con hijos pequeños estamos muy ocupadas, siempre con un bolso del que parece que pueden salir todo tipo de cosas: cargamos juguetes, mudas de ropa, soluciones para todo tipo de problemas y en especial, cargamos inseguridades. Nos preguntamos sobre nuestros nuevos roles: de madres, de esposas y como mujeres. Nos cuestionamos si lo estamos haciendo bien, o lo estamos echando todo a perder, o e incluso, si tiene sentido todo el esfuerzo que hacemos.
Si no eres una nueva madre o si aún no tienes hijos, no dejes de leer este artículo que también es para ti, aunque hasta ahora no lo parezca. No vamos a hablar sobre la maternidad, o técnicas de crianza, ni cómo ser la esposa perfecta (porque no existe). Vamos a hablar del importantísimo rol papel que asume una mujer en la vida de otras mujeres y de cómo esta relación está descrita en la Biblia:
“Así mismo, las ancianas deben ser reverentes en su conducta: no calumniadoras ni esclavas de mucho vino, que enseñen lo bueno, que enseñen a las jóvenes a que amen a sus maridos, a que amen a sus hijos, a ser prudentes, puras, hacendosas en el hogar, amables, sujetas a sus maridos, para que la palabra de Dios no sea blasfemada.” (Tito 2: 3-5, LBLA)
Detrás de Tito 2 se encierra un llamado a toda mujer cristiana de alentar y apoyar a otras mujeres, en especial a aquellas que están asumiendo la misión de la maternidad y el ministerio de la familia. Encontramos en este texto un llamado a la feminidad bíblica y a alentarnos unas a otras a ser algo que no es muy popular hoy en día para las que vivimos en matrimonio: mujeres sujetas, mujeres que con sabiduría y en oración transforman su familia, tocan el corazón de sus hijos y de sus esposos, sobre todo en estos días cuando parece más fácil dejar todo de lado y salir corriendo en dirección opuesta. El llamado de Tito es a escucharnos, a alentarnos en oración, a motivarnos a depender de la oración para buscar la sabiduría que, como lo podemos leer en Proverbios es el temor al Señor. Es con sabiduría que una casa se llena de tesoros y es edificada.
En nuestro tiempo, si abres una revista en la fila del supermercado, si navegas un poco en internet, si lees comentarios en redes sociales, verás todo lo contrario a Tito 2, ya que poco se alienta a la mujer a amar a los suyos. Detrás de un discurso de empoderamiento de la mujer y una falsa doctrina de lo que denominan “poder femenino”, se disemina una mentira en la que reina el egoísmo, el amor a sí mismo, y se miran la maternidad y la familia como un estorbo, un lastre que no deja que una mujer sea dueña de su propio destino. Es justo ahí donde está la mentira, porque ¿acaso hay alguien dueño de su destino? ¿Quién puede controlar todos los factores de su vida? ¿Quién puede controlarse aun a sí mismo o su salud? La mentira del feminismo está profundamente ligada al existencialismo y éste, al ateísmo.
Las ideas feministas surgen en la antigüedad en la isla de Lesbos, pero el movimiento feminista como tal, empieza a formarse con la publicación del libro “El Segundo Sexo”, escrito por la filósofa francesa Simone de Beauvoir, y publicado en 1949. Ella era la pareja del existencialista francés Jean Paul Sartre. Y tanto Sartre como de Beauvoir promovieron ideas que hacen eco hoy día: la mujer dueña de su cuerpo y su destino para “poder luchar” en iguales condiciones en un mundo predominantemente masculino, y donde la maternidad no es otra cosa que un estorbo, ya que deja a la mujer relegada y amarrada al mundo privado del hogar, y no al quehacer público. Las ideas de los franceses se unieron a movimientos sindicales de la posguerra y encontraron la píldora anticonceptiva, el asidero para sentar las bases de ideas que hoy hacen una ola verde en toda América latina y en el mundo entero con el movimiento feminista que apoya entre otras causas, el aborto.
Este breve resumen sobre el feminismo es apenas una pincelada de los valores que reinan en el mundo, que son bases de los movimientos políticos, trazan el gasto público y es lo que reflejan las artes y las letras. Pero no te preocupes, a Dios nada lo toma por sorpresa y Jesús murió en un madero para que tú y yo seamos verdaderamente libres. El cristianismo es la verdadera contra-cultura, es nadar contra corriente sin fatigarse, ya que no lo haces con tus propias fuerzas sino guiada por el Espíritu Santo. En la Biblia encontramos aliento para vivir una vida sin tomar las riendas, soltando el control a Dios y aceptando con agrado su voluntad que por amor a su nombre es además buena, agradable y perfecta.
En un mundo como el de hoy, el antídoto para el egoísmo y el pecado sigue siendo el mismo de siempre, el amor. Así que regresando a Tito 2, el llamado es a que en amor nos animemos unas a otras a seguir a Cristo y sus palabras, y a reflejar esto en nuestras familias. Podemos empezar por amar con el amor de Cristo a nuestro esposo e hijos y nunca desacreditar el trabajo, el valor y el poder transformador que el rol de una madre y esposa puede tener.
Busca a esas mujeres que llegan con bolsos grandes y cargados a la iglesia, al parque y al supermercado y sé una amiga que alienta, ama, recuerda el Evangelio y anima a no desmayar. Y si tú eres esa mujer fatigada y cargada que se pregunta por el sentido de tu trabajo y tu esfuerzo, busca a mujeres que hayan caminado en la fe y pídeles que oren por ti, que te acompañen a levantar las manos y la mirada al cielo para llevar tus cargas a Cristo; él ve lo que haces en secreto y te dará descanso.
Apasionada por compartir a Cristo.