Luchando con el miedo

Todos, indudablemente, hemos pasado por épocas difíciles. Luchamos con el miedo y nos cuesta creer que Dios está con nosotros. Hace poco yo estuve en una etapa de mi vida donde sentía mucho miedo: miedo al futuro incierto, miedo a tomar decisiones erróneas, miedo a fracasar. Creía que todo sería más fácil si sencillamente Dios me dijera qué debía hacer, pero nuestro Buen Padre tiene una mejor idea para tratar con nuestro miedo.

 

El miedo está conectado a la desconfianza en Dios

Primero, es importante notar de dónde viene el miedo. La mayoría de las veces que vemos en la Biblia un llamado a no temer está acompañado de una razón básica: porque Dios estará con nosotros. La primera parte de Isaías 41:10 dice: “Así que no temas, porque yo estoy contigo; no te angusties, porque yo soy tu Dios”. También vemos en Juan 14:1 que Jesús les dice a sus discípulos: “No se angustien. Confíen en Dios, y confíen también en mí”. A pesar de que este llamado es repetido en toda la Biblia (Deuteronomio 31:6, Josué 1:9, Salmo 23:4, Hebreos 13:6, entre otros), nosotros debemos ser constantemente recordados de esta verdad. Nuestro miedo, entonces, es el resultado de la desconfianza en Dios. Cuando el miedo entra, sale nuestra seguridad en el Dios que creó y sostiene el universo. Olvidamos quién es Dios y qué ha hecho.

La clave

Entonces, ¿qué podemos hacer? Los Salmos nos dan un recurso útil y práctico para superar los miedos que tanto nos agobian. Vez tras vez el salmista hace un llamado a recordar quién es Dios, y qué ha hecho (Salmo 78).

Recordemos a través de la lectura de la Palabra y en comunión con otros hermanos quién es Dios, un Dios:

  • Grande y omnipotente (Job 26)
  • Misericordioso y bondadoso (Salmo 34)
  • Santo (Salmo 47)
  • Amoroso (1 Juan 4)

Recordemos también qué dice la Biblia sobre lo que ya ha hecho Dios y lo qué hará; meditemos en su obrar, tanto en nuestras propias vidas como en la de los demás; y, principalmente, recordemos qué hizo Dios a través de su Hijo Jesucristo, al enviarlo para salvarnos de nosotros mismos por su muerte en la cruz. Este hecho habla fuertemente acerca del carácter de Dios, su justicia, gracia y las demás características mencionadas antes, claramente demostradas en el acto de amor más grande que podríamos recibir.

 

Hazlo tú

Si estás enfrentando miedos en diferentes áreas de tu vida, te animo a:

  1. Buscar, leer y meditar en los textos aquí citados.
  2. Fijarte en nuevos textos que te muestren el carácter de Dios y sus hechos.
  3. Hacer memoria de esto cada vez que enfrentes el miedo, puede ser a solas, buscando a alguien que te ayude a recordar o escribiendo lo que has aprendido de Dios y repasándolo constantemente.

Dios quiere fortalecer nuestra fe en Él. Si nos diera un mapa de cómo serían nuestras vidas tal vez no tendríamos mucho qué temer, pero tampoco estaríamos ejerciendo nuestra confianza en Él. Recuérdalo constantemente y podrás llegar a la conclusión de Jeremías: “Bendito el hombre que confía en el Señor, y pone su confianza en Él. Será como un árbol plantado junto al agua, que extiende sus raíces hacia la corriente; no teme que llegue el calor, y sus hojas están siempre verdes. En época de sequía no se angustia, y nunca deja de dar fruto” (Jeremías 17:7-8).

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