En oración – Tomada del libro: El valle de la visión – Oraciones puritanas

¡Oh Señor!

En oración yo me lanzo lejos, en el mundo eterno, y en este gran océano el alma mía triunfa sobre todos los males, en las orillas de la mortalidad. El tiempo con sus diversiones alegres y decepciones crueles nunca parecen tan desconsideradas como en esta ocasión.

En oración me veo como nada; encuentro mi corazón buscándote con intensidad y anhelo con sed vehemente vivir para ti. Benditos sean los fuertes vientos del Espíritu Santo que en mí apresuran mi camino hacia la Nueva Jerusalén.

En oración, todas las cosas aquí abajo se desvanecen, y nada parece importante, sino solamente la santidad del corazón y la salvación de los demás.

En oración todas mis preocupaciones mundanas, miedos, angustias, desaparecen, y son de tan poca importancia como un soplo de viento.

En oración mi alma se regocija interiormente con pensamientos vivificados como los que tú estás haciendo para tu iglesia, y yo ansío que tú obtengas un grandioso nombre de los pecadores que vuelven a Sion.

En oración yo soy elevado por encima de los ceños fruncidos y lisonjas de la vida, y saboreo las alegrías celestiales; entrando en el mundo eterno yo puedo entregarme a ti con todo mi corazón para ser tuyo para siempre.

En oración yo puedo colocar todas mis preocupaciones en tus manos, y estar a tu entera disposición, no teniendo ninguna voluntad o interés propio.

En oración yo puedo interceder por mis amigos, ministros, pecadores, iglesia, tu reino venidero con mayor libertad, esperanzas ardientes, como un hijo a su padre, como alguien que ama a su amado.

Ayúdame a estar siempre en oración y nunca dejar de orar.

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