“Grábate en el corazón estas palabras que hoy te mando. Incúlcaselas continuamente a tus hijos. Háblales de ellas cuando estés en tu casa y cuando vayas por el camino, cuando te acuestes y cuando te levantes.” (Deuteronomio 6:6-7)
1. Aprovecha. Los niños están aprendiendo todo el tiempo. Cada dialogo, cada interacción es para ellos un medio de aprendizaje. Ellos están aprendiendo de cómo tu misma lidias con el miedo y una situación de estrés. Ellos aprenden de esas conversaciones en la mesa y los cuentos antes de dormir, aprenden de lo que ven en televisión y escuchan en canciones. Este tiempo es un regalo de Dios para recordar que son nuestro primer ministerio, nuestros primeros discípulos y que este tiempo puede ser un hermoso tiempo para instruirlos en la fe. Busca series sobre la Biblia, recursos para padres cristianos y que sea esta la oportunidad de leer en familia libros sobre misioneros y personas que han entregado su vida por la causa de Cristo. Puedes ver películas con un buen mensaje que nos permitan reflexionar y conversar. Saca los instrumentos, o incluso fabrica algunos con cajas y tapas para tener un tiempo de adoración. Así ellos aprenderán a darle un lugar a Dios en todo momento, aun en la angustia.
2. Haz una agenda, pero no te estreses si no se cumple. Una agenda te a ayudará a llevar los días de encierro, y te guiará con actividades que estimulen el cerebro con labores académicas, el cuerpo con un poco de ejercicio, y el alma con un poco de arte. Pero si se despiertan un poco más tarde, si la ropa recién doblada se cae en medio de una guerra de cosquillas, o si tienes que mover un poco tu mesa del comedor para darles a tus hijos espacio para jugar, todo estará bien. Ocúpate de hacer agradables estos días para todos.
3. Organiza tu clóset. Saca de los armarios todo eso que ya no uses, y deja que los niños inventen personajes, que se pongan tus viejos zapatos. Déjalos jugar con ese hermoso disfraz que tenían guardado para más adelante. Recorta esa vieja sábana y déjalos crear un nuevo vestido. Súmate a ellos y disfruta. Dale gracias a Dios por la diversión que puedes tener con ellos y dedícales un tiempo sin noticias y celular.
4. Trabaja cada día un tema que sea de su interés y que te permita reforzar lo que ya saben de matemáticas y ciencias y vean videos relacionados. Invítalos a hacer un dibujo, a preparar una exposición para su papá o para ti, y toma todas las cajas de cartón y un poco de pintura para hacer una maqueta. Limpiar después y poner todo en orden al ritmo de la música, puede ser parte de la diversión.
5. Esta sección la tengo reservada para consejos en la relación con tu esposo. Debo decirte que no hay en los anales de la historia un solo hombre que haya cambiado cualquier actitud a punta de cantaleta, por el contrario, son muchos los que han asegurado ser hombres nuevos como fruto de la oración de su esposa. Ora, ora y ora. Recuerda que él está lidiando también con el estrés. Muéstrale tu respeto dándole las gracias por lo que hace, y pídele a Dios sabiduría para que al manifestar tus necesidades no sea como un reproche que resuena en sus oídos como: “eres el peor hombre del mundo”, aunque hayas querido decir todo lo contrario.
Y mi ñapa: busca amigas, busca mujeres mayores de tu iglesia a las que puedas llamar o escribir, pídeles que oren por ti y ora tú por ellas. La invitación de la Palabra es ser hermanos y ayudarnos unos a otros a llevar nuestra cargas poniendo nuestra mirada en Cristo, quien, como dice Hebreos es el autor y consumador de nuestra fe. Sin Él nada tiene sentido, y con Él, podemos soportarlo todo.
Apasionada por compartir a Cristo.