“Buscad, pues, hermanos, de entre vosotros, a siete varones de bien testimonio, llenos del Espíritu Santo y de sabiduría, a quienes encargamos este trabajo… y eligieron a Esteban, varón lleno de fe y del Espíritu” (Hechos 6:3-6) “y Esteban, lleno de gracia y de poder, hacía grandes prodigios y señales entre el pueblo” (Hechos 6:9). “pero no podían resistir a la sabiduría y al Espíritu con que hablaba Esteban” (Hechos 6:10)
Sin la llenura del Espíritu no podremos hacer bien la obra que Dios nos ha encomendado. Esto fue una realidad para Esteban, el primer mártir de la iglesia primitiva, y es una realidad para nosotras. Dios nos ha llamado a servirle en nuestro hogar, en nuestro trabajo, en nuestro lugar de estudio, en su iglesia. ¿Quieres ser una mejor esposa, una mejor novia o amiga, una mejor mamá, una mejor hija o hermana, una mejor persona en tu lugar de estudio o de trabajo, una mejor sierva del Señor? ¿Quieres ser una mujer llena de sabiduría, de fe y de gracia? ¿Quieres ser una mujer que cuando te miren a ti, vean a Jesús? Hay una gracia del cielo para que podamos llegar a ser esta clase de mujer: la llenura del Espíritu Santo.
ORACIÓN
Padre, necesitamos la llenura de tu Espíritu para ser fieles en el llamado que nos has hecho de servirte a ti en todo lugar y en todo tiempo. Solo por tu Espíritu podremos tener sabiduría, fe, gracia, poder, buen testimonio y denuedo para hablar de Jesús.
Padre, llénanos de tu Espíritu, hoy. Que no nos vean a nosotras, sino que vean a Jesús.