El Espíritu Santo y Su Visitación

EL ESPÍRITU SANTO Y SU VISITACIÓN

“Cuando llegó el día de Pentecostés estaban todos unánimes juntos”. Hechos 2:1

Jesús les enseñó a sus discípulos a esperar la visita de su Espíritu Santo. Los discípulos esperaron al Espíritu no solo en UNIDAD, es decir, juntos, sino también, en UNANIMIDAD, lo cual implica un mismo deseo, un mismo anhelo, un mismo sentir, una misma necesidad, una misma urgencia y un mismo corazón. Su deseo mayor tenía nombre: EL ESPIRITU SANTO DE DIOS.

Los discípulos pudieron entender el llamado que Jesús les hizo: que no hicieran nada sin que tuvieran antes la visitación del Espíritu. El llamado era a vivir en total dependencia de la obra del Espíritu, tanto para sus vidas, como para sus ministerios. No podemos desarrollar el ministerio sin depender del Espíritu. No podemos ser las mujeres que Dios desea que seamos sin la dependencia del Espíritu.

Desde este versículo somos animadas a buscar en unidad y en unanimidad la llenura del Espíritu Santo. El Espíritu Santo viene a darnos su poder para ayudarnos a hacer la voluntad del Padre y adorarle. El Espíritu Santo viene a darnos su poder para ayudarnos a ser más como Jesús, a pensar como Él, a sentir como Él, a actuar como Él y a hablar como Él.

ORACIÓN

Padre, llénanos de tu Espíritu Santo. Queremos ser mujeres que anhelen la llenura de tu Espíritu, que clamen a ti por ella y esperen tu visitación para nuestras vidas, nuestros hogares y para tu iglesia.

Gracias Padre, porque cuando creímos en Jesús nos diste el regalo de tu Espíritu Santo para morar en nuestras vidas. También en tu palabra nos prometes una llenura por la que debemos clamar.  Necesitamos crecer en tener encuentros reales, profundos y transformadores con tu Espíritu.

Espíritu de Dios, necesitamos conocerte más, pero sobre todo, pasar más tiempos diariamente contigo y crecer en nuestra relación y dependencia de ti ¡Estar contigo es realmente maravilloso!

LLAMADO

Busca crecer en una relación de dependencia total del Espíritu para cada uno de tus roles como mujer. El Espíritu ha traído avivamientos y una visitación especial en varios momentos de la historia. Oremos en unidad y unanimidad por una visitación especial del Espíritu para nuestras vidas, familias e iglesia. Que este tiempo de estudio del Espíritu sea acompañado de un clamor profundo en nuestros corazones por anhelar más de Él y vivir rendidas bajo su control y dirección.

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